En esta página podéis conocer a todos los gatetes que han pasado por aquí y han tenido la inmensa suerte de encontrar un hogar definitivo. Nosotras y ellos os agradecemos infinitamente el apoyo y el cariño que les dais, ya que gracias a vosotrxs podemos seguir ayudándolos.
Alala
Alala fue nuestra primera adoptada. Su familia, cuando llegó con intenciones de adoptar, quería una “gata colo” (colo es regazo en gallego), y ya sabíamos quién era la indicada. Alala es una gata muy cariñosa, que acompaña a su familia tocando el piano, estudiando y haciendo los deberes con ellas.


Andamio
Una historia de amor a primera vista. Primero os contaremos la historia de Andamio y luego su final feliz.
Andamio es un gatito albino, sordo y bastante mayor, aunque no lo parezca (y menos aún ahora en su hogar, que parece un bebé). Llegó a Gatiños da Rúa a principios del año 2022 por un caso de síndrome de Noé, donde convivía con muchísimos animales y estuvo mucho tiempo en una casa sin recibir atención ni él ni sus compañeros. Ha sobrevivido a una castración difícil debido a su edad y al ataque de un perro (por favor, ¡llevad siempre a vuestros perros atados!). Cuando llegó al Ailuro rejuveneció, dejándose ver e interactuando mucho con la gente que se le sentaba cerca.
Noe se enamoró de él y podemos deciros sin lugar a dudas que él se enamoró de ella, subiéndose a sus brazos cuando le hicimos la entrevista. Ahora viven muy felices y os dejamos unas fotos para que lo comprobéis.

Tigretón
Tigretón es un gatete que vivía en la calle, y cruzaba una carretera muy a menudo, con los peligros que eso conlleva y, en cuanto Amparo (la chica que lo acogió) le hizo un huequito en su garaje, él se dormía ahí.
Aquí era un gato grande pero tímido, que le costaba bastante salir y socializar. Cuando había poquita gente estaba más a gusto, pero cuando había más se sentía un poquito agobiado y se iba a su espacio a estar él solito.
Para su suerte llegó Ainoa, que lo adoptó con sus brazos abiertos y ahora ella acapara todo el amor que le da Tigretón (¡aunque parece que se lleva bien con un gatito de sus padres y todo!)

Terra
Terra, nuestra primera tricolor, que así como llegó se fue adoptada. Es una gatiña que estaba en la calle y se dejaba mimar por cualquiera, un amor, que rescataron y le dieron una casa de acogida cerca de aquí. Su acogida la mimó hasta más no poder y la quería un montón.
También era una gatiña que le costaba un poquito salir y se sentía más cómoda en su zona de adaptación estando tranquilita, pero eso no fue impedimento ninguno para que se enamorasen de ella. Ahora en su casa se acuesta al lado de su familia a dormir con calorcito humano como se merece.

Roseta
Nuestra primera Carey y muy especial. Se ganó nuestros corazones en cuanto escuchamos su maullido de paloma. Ronroneaba con solo tenerte al lado y es de las gatitas más amigables que conocemos.
Ahora tiene una hermana también carey y duermen juntas bien calentitas.

Tiger
Ay, Tiger. 9 meses con nosotras siendo el gatete más gracioso y confiado del universo. Comiendo cuando le dabais mimos y bajo vuestra atenta mirada. Un gato con mucha personalidad que aquí dormía en sitios duros y ha sido llegar a su casa definitiva y ser fan de las camas blandas y arropadas. Aún notamos su ausencia por la barra y viendo su ex-comedero casi siempre lleno.

Teo
Nuestro adolescente favorito. Un precioso gato intrépido, saltarín y parlanchín pero, sobre todo, ladrón de comida. Le encanta jugar con pelotas y las chuches (obvio). Es bastante juguetón y ahora tiene unos cuantos compañeros de juegos en su hogar definitivo.

Nori

Llegó a nosotras en febrero y por fin ha encontrado un hogar con alguien que no podía quererlo más (y en la tranquila compañía de Paquita). Un SEÑOR, con todas las letras. Diagnosticado con poliartrosis pero está hecho un chaval. Le falta el colmillo inferior izquierdo pero por la comida MA-TA.
Es un gatete muy tranquilo hasta que le da la locura y juega como si fuese un gatito pequeño, sobre todo ahora que está más a gusto que nada en su hogar definitivo.
Paquita

Tras un año y dos días con nosotras… Paqui ha encontrado hogar! No nos podemos alegrar más de que la más mimosa se haya ido a una casita en la adorable compañía de Nori y donde pueda dar rienda suelta a todo el amor que lleva dentro (que es mucho).
Ya está llenando de mimos y ronroneos la vida de su afortunado humano y, aunque echemos de menos escuchar sus maullidos por el Ailuro, sabemos que no podría estar mejor.
Mimo

Mimo es un gato de año y medio – tres años. Cuando llegó superó a Nori en el récord de la adaptación más rápida , ya que en su primer día ya nos estaba pidiendo que lo dejásemos salir con el resto y, cuando lo hicimos, en media hora ya se había recorrido el local entero por suelo y paredes.
Nos dijeron desde su anterior casa de acogida que era el típico gato de meme de internet y es que es un cafre que todo lo trepa y un desesperado por las chuches y la comida, hasta el punto de quitártelas de la mano si es necesario. Le gusta que jueguen con él en los túneles o moviéndole los juguetes por debajo de las alfombras porque es un acechador y cazador nato. En esta foto lo veis ya en su casita definitiva disfrutando como solo él sabe.
Nita

Ella, con su alegría, desparpajo y su forma de pedir y recibir mimos, encandiló a la familia que adoptó a Alala y, como no podía ser de otra forma, se enamoraron de ella y ahora tiene otra hermanita, del mismo color, con la que pasar los ratos.
Perla

Este pequeño pompón con ojazos azules es igual de mimosa que su compañero Ron, pero un poco más tímida. A parte de tener problemas de boca cuando llegó, también tenía catarro, así que le costó un poco más adaptarse al ambiente, pero adaptarse a su nueva casa no le costó mucho.
Ahora se echa unas siestas increíbles al sol con su compi gatuno y humano. Y nos dicen que es una señorita y que cuando acaba de comer la comida blanda, aparta el plato de su vista.
Galleta

Dulce como su nombre, Galleta llegó para conquistarnos a todxs. Esta preciosa gata carey/quimera colorida es de lo más tierno. Se restriega contra todo lo que se encuentra de por medio y a la mínima que te acercas y te agachas ella vendrá hacia tu lado frotarse contra ti para recibir mimos. Es muy tranquilota, le gusta descansar encima de las sillas, le encanta hacer croquetas en la alfombra y tiene un maullido de lo más peculiar que es obligatorio escuchar. Ahora es amiga (aunque sigue siendo digna) de Trico y a veces le concede la oportunidad de jugar.
Milo

Pronunciado «Mailo». El porte que tiene Milo lo tienen pocos. Un gato muy especial que simplemente apareció en la calle, aunque creemos que debió de estar en un hogar, porque un gatete tan bueno y mimoso es difícil de encontrar.
Le gusta jugar con plumas y la compañía. Cuando estaba en la sala de adaptación y tenías que salir, maullaba desesperado. Era volver a entrar y los males se solucionaban. Le encanta estar pegado a ti y hacerte compañía silenciosa persiguiéndote mientras limpias los areneros. Ahora está muy bien rodeado de su familia felina y gatuna.
Shiva

La humana que escribe esto no es en absoluto parcial. Shiva la enamoró, como a su familia definitiva, con su belleza y su personalidad. Una gata tan preciosa como sencilla, ya que ella iba por la vida siendo como es y siendo feliz. L
e encantan los colos y los mimos. Sus maullidos silenciosos son extremadamente adorables. Esta humana agradece a la familia definitiva de Shiva (que es familia de Andamio ahora), haberse enamorado de ella tanto o más que ella misma.
Ron

Ron ha robado tantos colos como corazones. Un señor mayor que encandilaba a todo el que entrase por la puerta, con su peculiar maullido y si espectacular forma de ser. ¿Su actividad favorita? Inmovilizar a la gente sentándose encima y recibir mimos. Bueno, y la comida blanda y las chuches, que era nuestro reloj favorito.
Le costó adaptarse por fuera del Ailuro, pero después nadie le ganaba en desparpajo y ahora se adueñó de su casa en cuanto entró por la puerta. Está más que bien cuidado recibiendo latitas y siendo muy mimado.
Chloe

Nuestra princesita y diva más especial encontró una familia tan buena y comprensiva como ella se merece. La niña de muchxs (de la prote Asociación Inma y nuestra), es una necesitada de atención enamorada de su gomita. Le gusta exhibir sus dotes de gata salvaje trepando por el rascador vertical y recorriéndose la pared con su “presa” en la boca.
Hace nada que está en su casita definitiva con otro compi jovenzuelo y una familia maravillosa que esperamos que sean lo más felices posible (os iremos actualizando, como siempre).
Ruma

Llegó con su hermanita Nita (también adoptada) y ellas nacieron, crecieron, se quedaron preñadas, parieron y cuidaron a sus crías juntas. En el Ailuro eran la alegría del lugar con sus juegos, sus zoomies y sus continuas llamadas de atención para pedir mimos. Ruma es bastante parlanchina y demandante de mimos y si te descuidas puede que te trepe a hombros para pedirte amor.
Ahora comparte casa con Mochi (os la presentamos justo abajo) y con su humana, que no las puede mimar y querer más.
Mochi

Mochi vino de la mano de Gatiños da Rúa y de Gatopía, de Salceda. A ella le costó un pelín más adaptarse por fuera del Ailuro, ya que al principio se quedaba observando desde una silla lo que pasaba, pero rápido se soltó. Encontró su juguete favorito: la pluma amarilla (que, por supuesto, se llevó a su casa definitiva), y también supo que a la gente le encantaba que se les subiera al colo, y así lo hacía y así se ganó el corazón de su humana.
Tanto ella como Ruma se adaptaron a su nuevo hogar en cuestión de segundos.